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Para devolver el tiempo

las grandes ausencias

las grandes ausencias

VUELTA A LA VIDA

 Las grandes ausencias

Dicen que el ser humano está preparado para superar cualquier dolor, cualquier perdida, menos la muerte de un hijo, biológicamente es un contrasentido, la lógica indica que los hijos deben enterrar a sus padres, pero ¿Quien ha dicho que la lógica es perfecta y que  las cosas suelen suceder siempre de la misma manera?

 He vivido esta amarga experiencia, que reflejo no para el dolor, ni resurgir del sufrimiento, sino para comentar desde mi punto de vista real de los hechos y sucesos que viví y explicar cómo he podido ir saliendo del profundo hoyo de desinterés, desgano, incredulidad, hastío y desesperanza que produce la muerte absurda, cobarde, injusta, inmerecida e irracional de un hijo menor de edad,

Creo que  es posible volver a vivir, aceptando la cruda realidad de los hechos y disponernos a planificar un largo viaje por un camino plagado de obstáculos, de penas, de desafíos, atravesar un desierto inmenso e interminable, cruzar un mar convulsionado, agitado y rebelde, colocar los pies sobre la tierra dirigir  la mirada al cielo e implorar a Dios, nuestro padre creador ayuda, fortaleza  misericordia y fe para no desfallecer ni detenernos sino para llegar al horizonte de luz donde iniciaremos nuestra nueva vida.

Hay que dar el primer paso, lentamente, dolorosamente, pero se puede recuperar el sentido de la vida, lógicamente que no como antes, el ayer quedo atrás, pero podemos rehacer nuestra vida, renacer, en un mundo que consideramos absurdo, volver a vivir, con nuestras debilidades, nuestras penas, nuestras condiciones,  así se puede continuar la vida cuando creemos haber perdido el sentido de la misma, en un momento que invadidos por la confusión, el dolor,  la duda y la depresión causada por tan absurdo acontecimiento lleguemos a creer  no tener validas razones para  continuar,

Este testimonio, no procura dar consejos, ni ser ejemplo de nada, al final cada duelo es personal, cada uno lo asume según sus propios criterios y razones, pero una cosa si es necesaria, moldeado el sufrimiento y aceptada la realidad debemos expresar nuestra solidaridad, el apoyo a todos aquellos padres, que han vivido la  amarga experiencia de perder un hijo sin que la vida le dé razones que expresen o justifiquen este hecho para nosotros irreal, absurdo y sin sentido, para ello ofrecemos una mano amiga, no un consuelo, sino una mano de apoyo, porque no estamos solos, lamentablemente no es a nosotros a los únicos que nos ha pasado, ese es el mundo en el cual vivimos y donde debemos despertar de esta pesadilla  que es tan real que nos ahoga el alma, nos exprime el espíritu y nos trastorna a extremos que solo nosotros podemos concebir, por ello debemos buscar caminos para superar el sufrimiento, para vencer el dolor, para no terminar convertidos en prisioneros de nuestro padecer , vivimos una realidad que tenemos, debemos, podemos y necesitamos enfrentar, para no convertirnos en seres débiles, implorando compasión, o lastima, sino que desde lo más extremo de nuestro ser saquemos fuerzas espirituales, divinas, humanas para asumir nuestro mundo y enfrentarlo para no convertir a nuestro hijos ausentes en verdugos de nuestra existencia sino en dulces y amados compañeros eternos de nuestra nueva manera de vivir.

Este camino escabroso necesita solidaridad y comprensión, apoyo de nuestros familiares, de otros padres que hayan perdido un hijo, de amigos, cada quien vive su mundo y cada quien tiene sus problemas, nuestra pareja, nuestro hijos, ellos también afectados tan igual que nosotros, es necesario entenderlos ellos también viven su dolor y enfrentan este desierto.

En mi caso, Leida ha sido una soporte y apoyo tan apreciado junto a mis hijos que hemos podido entendernos y saber que la vida nos enseñó esta carta marcada, nos jugó con trampas pero no nos amilanó, y en mi caso particular, ellos después de Dios y mi propio esfuerzo e indeclinable decisión han sido fundamentales en esta recuperación, igualmente la relación que mantuve con Ernestico, fuimos amigos, compañeros, se fue en el momento que más lo  necesitaba,  lo extraño como a nadie, pero no para sufrir, no para retroceder, lo llevo conmigo, lo tengo más presente que cuando estaba físicamente a mi lado, en todo lo que hago él me ayuda, le pido su apoyo y  lo siento , ahora sonrió cuando lo evoco y me siento afortunado de haberlo tenido y de haber  compartido con él  sus proyectos y sueños, desde su ausencia física al superar la tortura de haberlo perdido, espiritualmente nos hemos convertido en compañeros inseparables e imprescindibles. Por ello digo gracias a Dios santo, grande y poderoso, gracias a  Leida, gracias a mis hijos, a mis hermanos, a mis vecinos, a mis alumnos, gracias Ernestico, tú sabe que tal como fuimos, seguiremos siendo hasta que mi tiempo en este mundo  se cumpla y si hay otra dimensión donde tú puedas estar y yo acudir entonces avanzaremos unidos hasta el final de los tiempos, llenos de felicidad, alegría y amor.

Ernestico creció tan rápido que casi no me di cuenta, a mi lado, joven, fuerte, alegre, ocurrente, inteligente, amoroso y sano, se convirtió en mi mano derecha, mi compañero inseparable en casi todo lo que era mi mundo de actividad, era el natieco por ello siempre pensé que entre todos mis hijos él representaba el apoyo más importante cuándo el atardecer de mi vida llegara entonces contaría con su  mano, segura y fuerte en la cual me apoyaría para sostenerme, avanzar lentamente y despedirme feliz pasados el  otoño e invierno de mi existencia, sucedió lo contrario, al irse prematuramente cerró las puertas de la imaginación, me quedé sin motivos, con la sensación de un final oscurecido, implorando fuerzas para subsistir, todas aquellas cosas que compartíamos y hacíamos juntos tuve que reprogramarlas y comenzar de nuevo y sin él, hecho por demás demasiado doloroso, incomprensible y profundamente afectante, su ausencia me ha enseñado que el tiempo no es exacto ni perfecto, que el  hacer es hoy, que nadie sabe si el mañana será como lo piensa o lo desea, que la vida es una caja de sorpresas y que deberíamos estar preparados para asumirla. Como muy bien lo describe John Lennon “ la vida es lo que va a sucederte, no te empeñes en hacer otros planes

 Cuando el tiempo va pasando y sentimos que los dolores aminoran, siempre hay un momento donde pareciera volvemos al punto inicial,  la evocación de un lugar común que compartimos, un chiste que celebramos, alguna actividad que realizamos, nos regresa a aquel conjunto de vivencias que ya no existen, entonces sentimos ese puntada de dolor en nuestro pecho, nos cubre la nostalgia y la tristeza y aflora una lagrima en nuestros ojos que se nublan como reflejo indescriptible que la relación con el hijo ausente es eterna y para  siempre, ese momento personal, intimo, que nadie ve, que nadie percibe forma parte de nuestra nueva vida. Es parte de esa otra piel con que recubrimos nuestro ser y que únicamente Dios, la memoria del hijo ausente y nosotros podemos asimilar y entender a cabalidad.  

 Estas reminiscencias siempre ocuparan un lugar privilegiado en mi ser pero no pueden permanecer latentes como un látigo que azota nuestro corazón y nuestra alma, porque nos hacen mucho daño, las podemos mantener en lo más profundo de nuestro corazón,  pero es necesario convertirlas en realidad y saber que son solo eso, para no ser egoístas con nuestras propias penas, no obsesionarse con los apegos, ni idealizar a nuestro hijo ausente, porque eso nos convierte en prisioneros de una causa que terminará por avasallarnos y destruirnos y eso en el fondo es una injusticia con el hijo que si estuviera con nosotros su felicidad más grande seria vernos sanos y libres de penas, pues hagamos honor a su memoria y por él y por nosotros propongámonos vencer la oscuridad  y buscar la luz que el primero que nos dará la fortaleza para ello será ese hijo que tanto anhelamos y por quien tanto haríamos y daríamos por volverlo a tener. 

Todo es importante y todo tiene su tiempo como señala el Eclesiastés, evocar, sentir ,sufrir, llorar, la nostalgia, es parte de ese nuevo mundo que nos toca tan cerca, que nos sirve de escuela, de enseñanza, esa es la vida, así es la existencia, no la vamos a cambiar ni a transformar, es un realidad, dura, lamentable, dolorosa pero es nuestra realidad,  la vida nos jugó con trampas y que nos ganó esa partida pero no nos ha derrotado totalmente, nos levantaremos, podremos mirar el horizonte donde realmente nos ubicamos, entonces podremos decir, hemos avanzado, estamos en el camino correcto, volveremos a vivir, y nuestro hijo ausente físicamente se convertirá en el más fiel aliado y compañero, consecuente, dulce, solidario, será parte de nuestra vida infinitamente, y será por siempre la luz que iluminara nuestra existencia, de esa manera él estará tranquilo y nosotros reencontráremos el camino de la senda de la vida, una vida que está ahí, con los seres queridos que nos rodean, con sus hechos cotidianos, una vida para nosotros diferente, pero real y que debemos hacer necesariamente posible.

Cubrimos el cuerpo con otra piel, esa piel que no exhibimos ante el mundo, hecha de tristezas y de nostalgias que nos acompañaran mientras estemos vivos, esa otra piel que describen Isabel Allende y Carlos Juan Bianchi cada uno a su manera, descifrando su dolor por la vida que igual que a nosotros les arrebató un hijo y cuya experiencia ha sido savia y alimento para muchos padres subsistir en esta desértica travesía y superar la sed de esperanza, el anhelo de paz y la necesidad de mirar el horizonte liberándonos de las cadenas que nos impiden despejar el camino de las dudas, culpas y reminiscencias, reinsertándonos en el mundo por los que siguen presentes y que igual a nosotros requieren atención, amor y comprensión para fortalecer el animo y despertar conscientes conjugando nuestra resiliencia para entender que la muerte es solo una puerta de salida hacia una nueva experiencia. Y parafraseando a Nietzsche decimos  “el que tiene un por que vivir, siempre encuentra el como hacerlo” yo he decidido vivir con ernestico en mi memoria, no para ocupar el tiempo en llorar su muerte sino para celebrar el maravilloso tiempo de su existencia y dar constantes gracias a Dios que  haya vivido.

Un poema de Hernán Bianchi hermano de Martín joven desaparecido prematuramente me ubica en el espacio  donde mantengo mi relación con mi nuevo mundo a raíz de la ausencia de ernestico

 "Llevo en mi oscuridad un hombre secreto, cuando la muerte sepa de mí sacudiendo prontamente los efímeros pasos, nadie podría decir: lo conocí  enteramente. Nadie".

                                            

                                           Ernesto Rafael Pérez Reyes

                                                                       Puerto Cumarebo 21 de noviembre de 2009

 

 

“Las grandes ausencias

Dicen que el ser humano está preparado para superar cualquier dolor, cualquier perdida, menos la muerte de un hijo, la lógica indica que los hijos deben enterrar a sus padres, pero ¿Quien ha dicho que la lógica es perfecta y que  las cosas suelen suceder siempre de la misma manera?

 Desde muy niño Ernestico y yo fuimos compañeros inseparables, creció tan rápido que casi no me di cuenta, a mi lado, joven, fuerte, alegre, ocurrente, inteligente, amoroso y sano, se convirtió, como decía Elba, en mi mano derecha, mi compañero y asistente en casi todo lo que era mi mundo de actividad, era el natieco, por ello siempre pensé que entre todos mis hijos él representaba el apoyo más importante cuándo el atardecer de mi vida llegara, entonces contaría con su  mano, segura y fuerte en la cual me apoyaría para sostenerme lentamente y despedirme feliz pasados el  otoño e invierno de mi existencia, pero inesperadamente, en un abrir y cerrar de ojos sucedió lo contrario, al irse prematuramente cerró las puertas de la imaginación, me quedé sin motivos, desvalido, con la sensación de un final oscurecido, desconcertado, implorando fuerzas para subsistir.

Todas aquellas cosas que hacíamos juntos tuve que reprogramarlas y comenzar de nuevo y sin él, hecho demasiado doloroso, incomprensible y profundamente afectante, su ausencia me ha enseñado que el tiempo no es exacto ni perfecto, que el  hacer es hoy, que nadie sabe si el mañana será como lo piensa o lo desea, que la vida es una caja de sorpresas y que deberíamos estar preparados para asumirla. Como muy bien lo describe John Lennon “ la vida es lo que va a sucederte, no te empeñes en hacer otros planes”

La oscuridad de mi mundo sin su presencia solo obtiene sentido parafraseando a Nietzsche cuando expresa “el que tiene un por que vivir, siempre encuentra el cómo hacerlo”.Yo he decidido vivir con Ernestico en mi memoria, no para ocupar el tiempo en llorar su muerte sino para celebrar el maravilloso tiempo de su existencia, obtener fuerzas para sobreponerme y dar constantes gracias a Dios que  haya vivido.

Ernestico, aunque hoy no estás, tu mamá, Elba, tus hermanos, evocamos con ternura y mucho amor los pasajes tan hermosos que marcaron tu vida para sentirte eterno entre nosotros, ahora vives más cerca de mí que cuando físicamente me acompañabas en todo y cada vez me enorgullezco de lo que soñamos y compartimos, en la nostalgia aflora esa segunda piel que cubre a los padres luego de la pérdida  definitiva de un hijo y con la letra del poema de Hernán Bianchi reflejo el espacio donde mantengo la relación con mi nuevo mundo a raíz de tu ausencia definitiva

 "Llevo en mi oscuridad un hombre secreto, cuando la muerte sepa de mí sacudiendo prontamente los efímeros pasos, nadie podría decir: lo conocí  enteramente. Nadie".   

A dos años de tu ausencia, solo Dios, tú y yo, sabemos y podemos entender las razones que nos mantienen unidos por la eternidad.   .Dios  te bendiga Ernestico, hasta siempre….., tu papá. Puerto Cumarebo 21 de diciembre de 2009

    

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1 comentario

alexandra -

un mensaje hermozo que ayuda bastante a comprender la ausencia de un ser querido, el 1 de octubre cumple un alño de ausencia de mi hermana, y para mi a sido un gran pesar, un dolor inesoplicable que se lleva a cuestas, pero tratare de ahora en adelante de convertirla de vivir con ella en mi memoria pero alegremente, hare de ella esa amiguita imaginaria que cuando yo era niña la tenia. TRATARE.
Gracias , por ayudar a personas que hemos pasado el mismo dolor que usted, sollo quienes hemos pasado por eso lo entendemos.