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Para devolver el tiempo

las grandes ausencias

las grandes ausencias

VUELTA A LA VIDA

 Las grandes ausencias

Dicen que el ser humano está preparado para superar cualquier dolor, cualquier perdida, menos la muerte de un hijo, biológicamente es un contrasentido, la lógica indica que los hijos deben enterrar a sus padres, pero ¿Quien ha dicho que la lógica es perfecta y que  las cosas suelen suceder siempre de la misma manera?

 He vivido esta amarga experiencia, que reflejo no para el dolor, ni resurgir del sufrimiento, sino para comentar desde mi punto de vista real de los hechos y sucesos que viví y explicar cómo he podido ir saliendo del profundo hoyo de desinterés, desgano, incredulidad, hastío y desesperanza que produce la muerte absurda, cobarde, injusta, inmerecida e irracional de un hijo menor de edad,

Creo que  es posible volver a vivir, aceptando la cruda realidad de los hechos y disponernos a planificar un largo viaje por un camino plagado de obstáculos, de penas, de desafíos, atravesar un desierto inmenso e interminable, cruzar un mar convulsionado, agitado y rebelde, colocar los pies sobre la tierra dirigir  la mirada al cielo e implorar a Dios, nuestro padre creador ayuda, fortaleza  misericordia y fe para no desfallecer ni detenernos sino para llegar al horizonte de luz donde iniciaremos nuestra nueva vida.

Hay que dar el primer paso, lentamente, dolorosamente, pero se puede recuperar el sentido de la vida, lógicamente que no como antes, el ayer quedo atrás, pero podemos rehacer nuestra vida, renacer, en un mundo que consideramos absurdo, volver a vivir, con nuestras debilidades, nuestras penas, nuestras condiciones,  así se puede continuar la vida cuando creemos haber perdido el sentido de la misma, en un momento que invadidos por la confusión, el dolor,  la duda y la depresión causada por tan absurdo acontecimiento lleguemos a creer  no tener validas razones para  continuar,

Este testimonio, no procura dar consejos, ni ser ejemplo de nada, al final cada duelo es personal, cada uno lo asume según sus propios criterios y razones, pero una cosa si es necesaria, moldeado el sufrimiento y aceptada la realidad debemos expresar nuestra solidaridad, el apoyo a todos aquellos padres, que han vivido la  amarga experiencia de perder un hijo sin que la vida le dé razones que expresen o justifiquen este hecho para nosotros irreal, absurdo y sin sentido, para ello ofrecemos una mano amiga, no un consuelo, sino una mano de apoyo, porque no estamos solos, lamentablemente no es a nosotros a los únicos que nos ha pasado, ese es el mundo en el cual vivimos y donde debemos despertar de esta pesadilla  que es tan real que nos ahoga el alma, nos exprime el espíritu y nos trastorna a extremos que solo nosotros podemos concebir, por ello debemos buscar caminos para superar el sufrimiento, para vencer el dolor, para no terminar convertidos en prisioneros de nuestro padecer , vivimos una realidad que tenemos, debemos, podemos y necesitamos enfrentar, para no convertirnos en seres débiles, implorando compasión, o lastima, sino que desde lo más extremo de nuestro ser saquemos fuerzas espirituales, divinas, humanas para asumir nuestro mundo y enfrentarlo para no convertir a nuestro hijos ausentes en verdugos de nuestra existencia sino en dulces y amados compañeros eternos de nuestra nueva manera de vivir.

Este camino escabroso necesita solidaridad y comprensión, apoyo de nuestros familiares, de otros padres que hayan perdido un hijo, de amigos, cada quien vive su mundo y cada quien tiene sus problemas, nuestra pareja, nuestro hijos, ellos también afectados tan igual que nosotros, es necesario entenderlos ellos también viven su dolor y enfrentan este desierto.

En mi caso, Leida ha sido una soporte y apoyo tan apreciado junto a mis hijos que hemos podido entendernos y saber que la vida nos enseñó esta carta marcada, nos jugó con trampas pero no nos amilanó, y en mi caso particular, ellos después de Dios y mi propio esfuerzo e indeclinable decisión han sido fundamentales en esta recuperación, igualmente la relación que mantuve con Ernestico, fuimos amigos, compañeros, se fue en el momento que más lo  necesitaba,  lo extraño como a nadie, pero no para sufrir, no para retroceder, lo llevo conmigo, lo tengo más presente que cuando estaba físicamente a mi lado, en todo lo que hago él me ayuda, le pido su apoyo y  lo siento , ahora sonrió cuando lo evoco y me siento afortunado de haberlo tenido y de haber  compartido con él  sus proyectos y sueños, desde su ausencia física al superar la tortura de haberlo perdido, espiritualmente nos hemos convertido en compañeros inseparables e imprescindibles. Por ello digo gracias a Dios santo, grande y poderoso, gracias a  Leida, gracias a mis hijos, a mis hermanos, a mis vecinos, a mis alumnos, gracias Ernestico, tú sabe que tal como fuimos, seguiremos siendo hasta que mi tiempo en este mundo  se cumpla y si hay otra dimensión donde tú puedas estar y yo acudir entonces avanzaremos unidos hasta el final de los tiempos, llenos de felicidad, alegría y amor.

Ernestico creció tan rápido que casi no me di cuenta, a mi lado, joven, fuerte, alegre, ocurrente, inteligente, amoroso y sano, se convirtió en mi mano derecha, mi compañero inseparable en casi todo lo que era mi mundo de actividad, era el natieco por ello siempre pensé que entre todos mis hijos él representaba el apoyo más importante cuándo el atardecer de mi vida llegara entonces contaría con su  mano, segura y fuerte en la cual me apoyaría para sostenerme, avanzar lentamente y despedirme feliz pasados el  otoño e invierno de mi existencia, sucedió lo contrario, al irse prematuramente cerró las puertas de la imaginación, me quedé sin motivos, con la sensación de un final oscurecido, implorando fuerzas para subsistir, todas aquellas cosas que compartíamos y hacíamos juntos tuve que reprogramarlas y comenzar de nuevo y sin él, hecho por demás demasiado doloroso, incomprensible y profundamente afectante, su ausencia me ha enseñado que el tiempo no es exacto ni perfecto, que el  hacer es hoy, que nadie sabe si el mañana será como lo piensa o lo desea, que la vida es una caja de sorpresas y que deberíamos estar preparados para asumirla. Como muy bien lo describe John Lennon “ la vida es lo que va a sucederte, no te empeñes en hacer otros planes

 Cuando el tiempo va pasando y sentimos que los dolores aminoran, siempre hay un momento donde pareciera volvemos al punto inicial,  la evocación de un lugar común que compartimos, un chiste que celebramos, alguna actividad que realizamos, nos regresa a aquel conjunto de vivencias que ya no existen, entonces sentimos ese puntada de dolor en nuestro pecho, nos cubre la nostalgia y la tristeza y aflora una lagrima en nuestros ojos que se nublan como reflejo indescriptible que la relación con el hijo ausente es eterna y para  siempre, ese momento personal, intimo, que nadie ve, que nadie percibe forma parte de nuestra nueva vida. Es parte de esa otra piel con que recubrimos nuestro ser y que únicamente Dios, la memoria del hijo ausente y nosotros podemos asimilar y entender a cabalidad.  

 Estas reminiscencias siempre ocuparan un lugar privilegiado en mi ser pero no pueden permanecer latentes como un látigo que azota nuestro corazón y nuestra alma, porque nos hacen mucho daño, las podemos mantener en lo más profundo de nuestro corazón,  pero es necesario convertirlas en realidad y saber que son solo eso, para no ser egoístas con nuestras propias penas, no obsesionarse con los apegos, ni idealizar a nuestro hijo ausente, porque eso nos convierte en prisioneros de una causa que terminará por avasallarnos y destruirnos y eso en el fondo es una injusticia con el hijo que si estuviera con nosotros su felicidad más grande seria vernos sanos y libres de penas, pues hagamos honor a su memoria y por él y por nosotros propongámonos vencer la oscuridad  y buscar la luz que el primero que nos dará la fortaleza para ello será ese hijo que tanto anhelamos y por quien tanto haríamos y daríamos por volverlo a tener. 

Todo es importante y todo tiene su tiempo como señala el Eclesiastés, evocar, sentir ,sufrir, llorar, la nostalgia, es parte de ese nuevo mundo que nos toca tan cerca, que nos sirve de escuela, de enseñanza, esa es la vida, así es la existencia, no la vamos a cambiar ni a transformar, es un realidad, dura, lamentable, dolorosa pero es nuestra realidad,  la vida nos jugó con trampas y que nos ganó esa partida pero no nos ha derrotado totalmente, nos levantaremos, podremos mirar el horizonte donde realmente nos ubicamos, entonces podremos decir, hemos avanzado, estamos en el camino correcto, volveremos a vivir, y nuestro hijo ausente físicamente se convertirá en el más fiel aliado y compañero, consecuente, dulce, solidario, será parte de nuestra vida infinitamente, y será por siempre la luz que iluminara nuestra existencia, de esa manera él estará tranquilo y nosotros reencontráremos el camino de la senda de la vida, una vida que está ahí, con los seres queridos que nos rodean, con sus hechos cotidianos, una vida para nosotros diferente, pero real y que debemos hacer necesariamente posible.

Cubrimos el cuerpo con otra piel, esa piel que no exhibimos ante el mundo, hecha de tristezas y de nostalgias que nos acompañaran mientras estemos vivos, esa otra piel que describen Isabel Allende y Carlos Juan Bianchi cada uno a su manera, descifrando su dolor por la vida que igual que a nosotros les arrebató un hijo y cuya experiencia ha sido savia y alimento para muchos padres subsistir en esta desértica travesía y superar la sed de esperanza, el anhelo de paz y la necesidad de mirar el horizonte liberándonos de las cadenas que nos impiden despejar el camino de las dudas, culpas y reminiscencias, reinsertándonos en el mundo por los que siguen presentes y que igual a nosotros requieren atención, amor y comprensión para fortalecer el animo y despertar conscientes conjugando nuestra resiliencia para entender que la muerte es solo una puerta de salida hacia una nueva experiencia. Y parafraseando a Nietzsche decimos  “el que tiene un por que vivir, siempre encuentra el como hacerlo” yo he decidido vivir con ernestico en mi memoria, no para ocupar el tiempo en llorar su muerte sino para celebrar el maravilloso tiempo de su existencia y dar constantes gracias a Dios que  haya vivido.

Un poema de Hernán Bianchi hermano de Martín joven desaparecido prematuramente me ubica en el espacio  donde mantengo mi relación con mi nuevo mundo a raíz de la ausencia de ernestico

 "Llevo en mi oscuridad un hombre secreto, cuando la muerte sepa de mí sacudiendo prontamente los efímeros pasos, nadie podría decir: lo conocí  enteramente. Nadie".

                                            

                                           Ernesto Rafael Pérez Reyes

                                                                       Puerto Cumarebo 21 de noviembre de 2009

 

 

“Las grandes ausencias

Dicen que el ser humano está preparado para superar cualquier dolor, cualquier perdida, menos la muerte de un hijo, la lógica indica que los hijos deben enterrar a sus padres, pero ¿Quien ha dicho que la lógica es perfecta y que  las cosas suelen suceder siempre de la misma manera?

 Desde muy niño Ernestico y yo fuimos compañeros inseparables, creció tan rápido que casi no me di cuenta, a mi lado, joven, fuerte, alegre, ocurrente, inteligente, amoroso y sano, se convirtió, como decía Elba, en mi mano derecha, mi compañero y asistente en casi todo lo que era mi mundo de actividad, era el natieco, por ello siempre pensé que entre todos mis hijos él representaba el apoyo más importante cuándo el atardecer de mi vida llegara, entonces contaría con su  mano, segura y fuerte en la cual me apoyaría para sostenerme lentamente y despedirme feliz pasados el  otoño e invierno de mi existencia, pero inesperadamente, en un abrir y cerrar de ojos sucedió lo contrario, al irse prematuramente cerró las puertas de la imaginación, me quedé sin motivos, desvalido, con la sensación de un final oscurecido, desconcertado, implorando fuerzas para subsistir.

Todas aquellas cosas que hacíamos juntos tuve que reprogramarlas y comenzar de nuevo y sin él, hecho demasiado doloroso, incomprensible y profundamente afectante, su ausencia me ha enseñado que el tiempo no es exacto ni perfecto, que el  hacer es hoy, que nadie sabe si el mañana será como lo piensa o lo desea, que la vida es una caja de sorpresas y que deberíamos estar preparados para asumirla. Como muy bien lo describe John Lennon “ la vida es lo que va a sucederte, no te empeñes en hacer otros planes”

La oscuridad de mi mundo sin su presencia solo obtiene sentido parafraseando a Nietzsche cuando expresa “el que tiene un por que vivir, siempre encuentra el cómo hacerlo”.Yo he decidido vivir con Ernestico en mi memoria, no para ocupar el tiempo en llorar su muerte sino para celebrar el maravilloso tiempo de su existencia, obtener fuerzas para sobreponerme y dar constantes gracias a Dios que  haya vivido.

Ernestico, aunque hoy no estás, tu mamá, Elba, tus hermanos, evocamos con ternura y mucho amor los pasajes tan hermosos que marcaron tu vida para sentirte eterno entre nosotros, ahora vives más cerca de mí que cuando físicamente me acompañabas en todo y cada vez me enorgullezco de lo que soñamos y compartimos, en la nostalgia aflora esa segunda piel que cubre a los padres luego de la pérdida  definitiva de un hijo y con la letra del poema de Hernán Bianchi reflejo el espacio donde mantengo la relación con mi nuevo mundo a raíz de tu ausencia definitiva

 "Llevo en mi oscuridad un hombre secreto, cuando la muerte sepa de mí sacudiendo prontamente los efímeros pasos, nadie podría decir: lo conocí  enteramente. Nadie".   

A dos años de tu ausencia, solo Dios, tú y yo, sabemos y podemos entender las razones que nos mantienen unidos por la eternidad.   .Dios  te bendiga Ernestico, hasta siempre….., tu papá. Puerto Cumarebo 21 de diciembre de 2009

    

 

 

 

 

 

 

 

 

 

un año de ausencia

un año de ausencia

Ernestico……
Hace un año te arrancaron de nuestro lado de la manera más absurda, cobarde, inesperada, dolorosa, imprevista, han pasado tantas cosas, que antes eran rutina, pero en este tiempo las sentimos diferentes porque tú no estás, cierto es, que físicamente no te apreciamos, pero vives cada segundo, cada instante en nuestro pensamiento, en mi caso particular te tengo presente en cada hecho, en cada acontecimiento, donde vaya, tu estas conmigo, y a pesar del dolor, del sufrimiento, de la estremecida espiritual y corporal y las pocas ganas de seguir que sentí los primeras horas y días de tu ausencia, he procurado recuperar la entereza y la fortaleza espiritual necesaria para avanzar en este áspero y tormentoso camino.
Sentí y cada día siento mas que tu ausencia no es para entristecerme eternamente, para flaquear, para entregarme a una pena infinita, a un tiempo de tortura y de angustia, que tú nunca me causaste ni mucho menos deseaste, entiendo nuestra separación física como una razón o un porqué estamos en este mundo mas allá del simple hecho de nuestro paso terrenal.
He sabido apreciar la muerte como una verdad que procuramos ignorar pero que es real, existe y nos lastima profundamente porque no la valoramos y vivimos engañados, nos creemos eternos, libres para hacer y deshacer e inmunes, por eso nos golpea tan profundo cuando nos llega y aun mas cuando es de imprevisto.
En este año conocimos historias de muchos adolescentes que igual que tu dejaron su morada en la tierra de manera inexplicable, muchos padres que sufrieron como nosotros el amargo sabor de su ausencia inexplicable.
Te extrañamos en las actividades cuando Erdrick culminó sus estudios superiores, de verdad que se notó tu ausencia física en los actos, por lo demás sabes que tú y tus hermanos siempre han sido un solo cuerpo, te sentimos con nosotros y en silencio te evocamos para tenerte siempre aquí, vivo, como te siento cuando camino los pasillos del Híper y extraño ese tu abrazo cariñoso y aquellos dulces que colocabas con picardía en el carrito.
Te extraño en la Universidad cuando veo tus compañeros en amenas charlas y tú estás ausente, te extraño cuando entro a FALEY y te evoco limpiando la tasca, retocando las paredes, o aspirando la piscina, cuando veo el minicopper en el garaje y cuando veo a Erick entrar y salir a la casa, a la oficina con tus hermanos, con tus amigos y tú no le acompañas, cuando viajo en mi vehículo y miro el asiento de al lado y tu puesto de compañero está vació.
Te extraño cuando tu mamá y tus hermanos evocan tus ocurrencias con las cuales nos divertías y hacías pasar tantos ratos amenos y agradables.
Te extraño porque no te siento físicamente, porque no puedo abrazarte, pero me calma el dulce recuerdo que todos estos hechos me trasmiten. Porque de nada me siento culpable ni puedo reprocharte nada, porque he desechado el rencor y apartado los prejuicios. Porque viviste intensamente tu corto periodo terrenal y me hiciste feliz porque pude compartirlo contigo, porque junto a tu mamá pude guiarte y porque tu así lo apreciaste, y porque a pesar de todo lo sucedido hijo, donde estás, estás protegido por Dios.
Escribiendo estas líneas, me pregunto si tú podrás leerlas, porque son para ti, pero a la vez digo no, estoy escribiendo para mí, para tu mama, tus hermanos, tus tíos, primos, para tus amigos, porque estarás aquí por siempre.
Muchas veces en los diálogos que mantengo con tu memoria he recordado aquel comentario que hicimos visitando la tumba de tu abuelo pachito. “los muertos no se tienen en el cementerio, se cargan en el corazón” hoy lo ratifico. Si te creo en el cementerio puedo convencerme que éstas allí y te dejaría tan solo, que no me atrevo ni a pensarlo, tu estás en mi memoria, en la memoria de tu mamá, de tus hermanos, de tu tía Elba, tu estás con nosotros, ahora y siempre y cuando requiero tu presencia abrazo y beso a cualquiera de tus hermanos y calmo mi ansiedad, y eso me hace sentir mas tranquilo, cierto es que mis ojos se cubren de lagrimas, y siempre será así. Pero no son de dolor, ni de tristeza, son de nostalgia, de sentimiento espiritual, esas lágrimas cuando te evoco son de satisfacción, tu no quieres que pase la vida dolorido, lastimoso, y lloroso, tu nos quieres alegres, sabiéndote libre en el cielo en un mundo de paz y tranquilidad.
Avanzamos hijo, cruzando este desierto, procuramos hacerlo con menos prejuicios y con mayor claridad, al final todo es y será como Dios lo haya dispuesto.
Ahora no temo a la muerte, la he conocido intensamente y se que es parte de nosotros. Aprecio mucho más la vida, pero consciente que todo tiene su tiempo, el tuyo fue exacto, hiciste todo lo que se te encomendó. Fue hermoso, productivo, dulce, amoroso y ese es el recuerdo que siempre evocamos.
He llegado a creer profundamente que existe un destino que marca y delimita nuestra existencia y se revela en ciertas oportunidades indolente, brutal, indiferente, doloroso, sin medias tintas.
Te fuiste prematuramente y no hubo tiempo para la despedida y he comprendido que para poder vivir y mantener tu memoria debo y tengo que asumir esa perdida con valentía, con mucha fuerza espiritual y con lógico razonamiento que las cosas pasan y que todo tiene un sentido razonable y un porqué. Esta razón mas que cualquier otra me reanima cuando tu recuerdo lastima y me nubla el pensamiento, entonces, flota la frase que me alimenta y fortalece el espíritu.
“El dolor de haberte perdido no sustituirá jamás la alegría de haberte tenido”.
Ojala podamos nosotros llegar a entusiasmar a quién nos preceda en la tierra para decir, hemos cumplido. Un abrazo, orgulloso de ti, hasta siempre Ernestico, Tu papá.
Puerto Cumarebo 21 de diciembre de 2008.

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escritos en tu memoria

                                                  Dedicatoria

 

A todos aquellos padres, a todas  aquellas madres que han padecido en carne propia la amarga experiencia de perder un hijo, en la esperanza que éste incomparable y lacerante dolor pueda hacernos reflexionar sobre el sentido espiritual de la vida y comprender el misterio de la muerte acechante, inoportuna, dolorosa e injusta y buscar los elementos divinos, religiosos, morales y sociales que nos permitan renacer, elevarnos por sobre las penas y sufrimientos  para volver a vivir.

 

                               Agradecimiento

 

A Dios, Padre Omnipotente y Misericordioso, a Leida, ejemplo de fortaleza, dignidad, valentía, firmeza y amor sincero, a mis hijos Erick, Erley, Erdrick, Eryle,  a  mis hermanos Elba, Josefa, Lela, Emilia, Chiquito, Hilda y Edgard, a mis sobrinos, quienes han sido soporte y fuerza principal para asimilar y enfrentar este amargo calvario, a mis vecinos de la Urb. El Cristal, a mis compañeros de trabajo y alumnos de la UDEFA, y a todos aquellos que nos ofrecen una palabra, nos dan una mano o un abrazo que estimula nuestra fe y nuestra esperanza, en especial a la Dra. Yuraima Martini, todos han contribuido a hacer llevadera esta carga para regresar a la vida y a través de estas palabras escritas perpetuar en nuestros corazones el dulce, agradable y siempre fresco recuerdo de nuestro amado e inolvidable Ernestico.     

  

                                    Presentación

 

La vida es como un juego de naipes, a veces nos tocan cartas buenas y otras veces nos tocan cartas marcadas, ese misterio que nadie ha podido descifrar envuelve o pretende explicar el cercano paso entre la vida y la muerte.

Por esos avatares de la vida, de la cual nadie esta excluido, una de esas  cartas marcadas por el clima de violencia  inseguridad e impunidad que reina en nuestro territorio se introdujo en los naipes asignados a  mi familia y trastocó en cuestión de segundos nuestra percepción por lo real, lo cierto y por el presente y futuro como posibles efectos en el desarrollo de nuestra condición de ciudadanos, padres y seres humanos comunes y corrientes.

Es sumamente difícil entender con razonamientos propios una experiencia como la muerte de un hijo adolescente sin la existencia de una motivación que justifique un hecho de tal naturaleza, absurdo, irrazonable, injusto, inmerecido, todos estos adjetivos se estrellan ante la brutal y dolorosa realidad de lo sucedido y solo una fuerza sobrehumana, divina, emanada del Dios omnipotente y misericordioso puede hacer llevadera esta pena, entenderla  y asimilarla para entrar en ese crudo realismo y asumir los riesgos y consecuencias que tal hecho condiciona.

Ernestico ingresó a la lista de las 10.000 personas asesinadas en el año 2007, sin que el estado se inmute ante esta barbarie que enluta y destruye hogares y familias, que desdibuja el concepto de garantía del  derecho a la vida y donde las instituciones públicas en lugar de controlar y erradicar, parecen fomentarla y auparla, solo la  invocación de la justicia divina y la evocación del recuerdo vivo de nuestro hijo pareciera aliviar el sufrimiento

Estos apuntes escritos con todo el amor que le profesamos ahora y siempre a Ernestico procuran  perpetuar en nuestra  memoria esos sueños, proyectos e ilusiones que una vez albergó y compartió con nosotros  en su fugaz y productivo paso por la vida terrenal

 PARA DEVOLVER EL TIEMPO

“Creo en Dios, no para que me resuelva mis problemas ,ni para cargarlo con mis penas,  sino como una fuente de amor y de esperanza, de fuerza y misericordia para agradecerle  la vida, la alegría, felicidad y la paz que siento  en  mi ser, Creo en Dios porque las veces que he caído y no encuentro elementos para   sostenerme él me provee la fuerza y su misericordia para levantarme  y volver a iniciar el camino, allí  siento y palpo en toda su intensidad al Dios vivo, omnipotente,  al que amo y en quien profundamente creo y confío”

 

“ Padre no sé, no entiendo que es esto, que es lo que ha pasado, pero ya pasó y no puedo remediarlo, no puedo volver atrás, no tengo como cambiar este ambiente,  solo te pido que si voy a transitar este calvario, tú con tu infinita bondad, con tu gran amor y apoyo me ayudes con la fuerza necesaria para aceptar esta prueba, para enfrentarla y para vencerla, acepto este dolor y hágase tu voluntad, pero no me dejes solo señor porque no creo tener la fuerza suficiente para seguir sin sentirte a mi lado

 Esta frase de invocación a Dios nuestro Ser supremo la expresé y repetí en el mismo momento que me enteré de la sorpresiva, absurda e ilógica muerte de ernestico, cuando llegue al sitio de los acontecimientos, apesadumbrado, confundido, adolorido, sin encontrar ninguna explicación y sin que nadie pudiera ofrecérmela, encerrado en mi sorpresivo y acuciante dolor, era una frase dirigida al cielo como buscando oxigeno, procurando fuerzas que mi cuerpo  me negaba y mi mente se resistía a admitir.

     Así comencé  a vivir mi realidad, el mundo quedó desintegrado en un segundo, era como si el tiempo se hubiese dado vuelta en contrario y la tierra girara al revés, para mi, nada o casi nada tenía sentido, un desconcierto  borrascoso taladraba mi cerebro y unos recuerdos con la imagen de ernestico a cada segundo, imperturbables, acosaban mi pensamiento día y noche.

    La primera semana, luego de sus funerales, el mundo celebraba la fiesta de navidad, y año nuevo, mi familia deprimida, adolorida, trastornada y yo aturdido, con un dolor punzante en mi alma y con un descalabro corporal y espiritual, solo repetir e invocar la ayuda de Dios me daba las pocas fuerzas necesarias para continuar viviendo.    

    En el camino a la búsqueda de la paz y el reencuentro con nuestras vidas, Leida y yo, buscamos orientaciones y ayuda que poco a poco fuimos encontrando, guiados por la mano de Dios y a través de numerosas paginas Web nos enteramos de padres que en el mundo han sufrido este desgarramiento, conocimos y compartimos historias muy semejantes a la nuestra y nos fortalecimos al participar en grupos de padres que han tenido la misma situación de perder un hijo, para desahogarnos cada quien con su experiencia que al expresarla produce un alivio espiritual que nos fortalece y nos provee fuerzas para que en medio de tanto dolor disipemos nuestras dudas, culpas y señalamientos y procuremos una nueva forma de vivir,

    Así establecimos contacto con la Dra.Yuraima Martini, quien pasó por esta amarga realidad, la superó y se dedica a ayudar padres en situaciones  similares, primero a través de su página en internet  luego contacto telefónico y asistencia a las sesiones del grupo VOLVER A VIVIR en la ciudad de Valencia, mantenemos una relación   fraterna con Jackeline Alvarez quien perdió un hijo de apenas 19 años y el dolor y la incertidumbre le han alterado su existencia y procuramos compartir nuestros duelos en la vida.

    Dentro de la tormenta, la experiencia pudiéramos decir, es sosegante, de  calma y de mucha solidaridad, nos da mucha fuerza  compartir vivencias con otros  padres que buscan el camino a la paz interior afrontando este dolor tan intenso, la Dra. Yuraima es una persona  encantadora, carismática, sencilla, transmite mucha paz, y permite una relación entre los padre que asistimos a las sesiones del grupo VOLVER A  IVIR que nos facilita expresar nuestro dolor, dudas, calamidades y penas y encontrar apoyo para alivio y procurar nuestra paz.

   Cada duelo es personal y cada persona lo  asume  y lo  enfrenta y   administra  de acuerdo a sus  características  personales,  religiosas, culturales, sociales, según la relación  de cercanía  o  afecto  que  se  haya tenido con la  persona ausente.

   Pasados cinco días de la muerte de Tico, en el consultorio del Dr. Nicanor González una frase que me dirigió mi hijo mayor Erick Leonardo de apenas 24 años de edad, me comprometió con la vida. “ papá tienes que ser fuerte y superarte, no nos vayas a dejar solos, yo estoy muy joven para asumir la dirección de mi familia, ahora es cuando te necesitamos”, desde ese instante  me propuse contribuir de la mejor manera con mi familia para superar el trauma, sacar fuerzas donde las hubiera, me preocupaba en demasía el dolor reflejado en la cara de Erick, la tristeza en sus ojos, su llanto expresivo, me preocupa tanto como mi dolor, igual las ojeras en los ojos de Elba, la melancólica y callada actuación de sus otros hermanos, Aquí también asimilé una gran experiencia con Leida, en grandes momentos de mi vida ella  ha sido para mi una aliada determinante y un gran escuela, su fortaleza, firmeza y decisión han sido un aliciente a todos estas fallas, sus palabras de consuelo cuando ella también estaba destrozada, su propósito de seguir adelante, darnos a entender que la vida es así y que las cosas del misterio muerte nada ni nada las cambia, afirmar que Dios nos dio cinco hijos y ahora cuatro siguen con nosotros y Ernestico desde un sitio especial en el cielo también vive presente fue de verdad un ingrediente determinante para sofocar esa llama que quema, destruye e inhabilita en las primeras horas y días de la muerte de un ser querido y en nuestro caso tan particular de una persona tan especial  como lo fue Ernestico.    

  

Entre la vida y la Muerte-.

 

La muerte es un acto natural, sometido a ciertas condiciones, todos sabemos de su existencia y de alguna manera aunque la esquivamos, todos la esperamos.

 Lo que sucede es que la lógica de la vida nos dice que hay un promedio de años en los cuales los seres humanos debemos existir, alrededor de 75 años es el promedio de vida en Venezuela, de allí que estamos casi acostumbrados a nacer, reproducirnos, ejecutar nuestro plan de vida y morir viejos,

Nuestra cultura nos ha enseñado que los mayores deben morir primero y en orden cronológico, los padres deben ser enterrados por sus  hijos y así de manera descendente 

Cuando este ciclo se altera o se invierte, cambia toda la percepción de la vida y de la muerte se sufren alteraciones  para entender, aceptar y asimilar este cambio irracional e ilógico.

La muerte es algunos caso puede ser un alivio, un descanso, un reposo, caso de enfermedades incurables, o lesiones gravísimas irreversibles, pero frente a una situación practica siempre se tiene la esperanza de un milagro que revierta todo y devuelva la salud y la vida.

 Cuando formamos un hogar, una familia y comenzamos a ver crecer y desarrollarse nuestros hijos, cuando los orientamos y procuramos convertir nuestra existencia de ser en un predicar con los ejemplos, enseñanzas, esfuerzos y dedicaciones, cuando hacemos de ellos una razón para justificar el paso de nosotros en la tierra, no pensamos,  ni jamás nos imaginamos que uno de esos seres convertidos en parte integral y fundamental de nuestra vida, de nuestra existencia  pueda sufrir o padecer algún daño, algun accidente, o un perjuicio, cuando en ocasiones se nos cruza por la mente algo malo, inmediatamente desechamos estos pensamientos del cerebro y solicitimos acudimos a Dios para pedir protección y amparo para ellos .

 Un joven no debería morir nunca, ellos representan, la esperanza, el anhelo, los sueños, la frescura, la prolongación, la fuerza, el mañana, la luz, ellos frente al futuro lo representan todo. 

  La muerte es una disfunción natural del cuerpo humano cuando sus sentidos y funciones se agotan por el transcurrir del tiempo, un alivio a una situación irreversible o un castigo por delitos  atroces  cometidos en perjuicio de la sociedad. Ernestico no merecía  ninguna de las tres formas descritas aquí, sin embargo por esas incomprensiones de la vida le tocó morir recibiendo el castigo dirigido a otro quien actuaba al margen de la ley, incumpliendo sus deberes ciudadanos y cristianos

    Si en algún caso especifico se conjugan la casualidad, la mala suerte, la ingenuidad y el destino fue en el caso de Ernestico, la casualidad de estar los vehículos de la casa en  reparación y de haberlo  levantado tan temprano,  para qué fuera  al  taller a informarse sobre su arreglo, la ingenuidad, posiblemente por su corta edad,  de no desconfiar de nadie ni tener recelo de ninguna de las personas con quienes se relacionaba, su amplio y noble corazón para creer a todos buenos y de rectos procederes, la mala suerte de encontrarse en el momento menos indicado, de manera inocente y confiado con individuos insociables y a la hora desgraciada en que habían sido sentenciados por sus propios compañeros delincuentes y probablemente para quienes creen en el destino y que toda persona tiene trazado su hora de muerte y designado las formas para que suceda, la unión de estos factores asociados hicieron realidad el designio del fin de su vida.    

     La versión oficial de su muerte concluye en que fue una confusión, los delincuentes accionaron de manera   equivocada, el hecho de tener el vehiculo los vidrios ahumados contribuyó a la confusión.

     La expresión de asombro e impotencia que quedó grabada   en el  rostro  de Ernestico es la mas  iindicativa  demostración de su sorpresa ante los hechos que cegaron su vida, solo la sombra del destino cruel le llevó ese día a compartir ingenuamente con unos sentenciados por la delincuencia a quienes les favoreció la suerte mientras Ernestico, inocente, confiado y generoso pagaba con su vida el daño, la irresponsabilidad y la falsa que la sociedad manifiesta a cada rato producto de la inversión de valores y de la violencia e inseguridad desenfrenada por la impunidad, indolencia y quiebra moral de sus instituciones, así consta en el expediente, para las autoridades judiciales fue una equivocación, nada mas ha sucedido, no tenemos medios para devolver lo mas ansiado y  por lo que valdría la pena luchar, su vida, Ernestico, como en los tiempos de Herodes, recibió la descarga de la maldad del mundo sobre su limpia e inocente humanidad, pero confiamos en algo mas cercano a la verdad y a la  existencia misma, la justicia divina, al fin y al cabo ya hemos entendido las debilidades y en muchos casos  lo absurdo  e inhumano, además de injusto y perverso que puede concluir una averiguación judicial, a pesar de nuestra formación como juristas para pregonar y defender el ámbito legal, la justicia y la preeminencia del derecho como elemento regulador de la conducta del hombre en sociedad, carrera en la cual Tico había decidido también formarse y desarrollarse, albergamos pocas esperanzas en la justicia oficial,  luchamos por encontrar la paz interior y para ello mantenemos con mucha fuerza la esperanza y  fe  en nuestro Señor.  

    “Que la voluntad de Dios sea cumplida, y el efecto de la justicia será paz, y la labor de la justicia reposo y seguridad para siempre